La punción seca es una técnica semi-invasiva y se utiliza para tratar el síndrome de dolor miofascial, síndrome producido por los puntos gatillos miofasciales, lo que puede desencadenar en la llamada coloquialmente contractura.

Los puntos gatillos miofasciales son nódulos sensibles a la palpación, que se encuentran dentro de una banda tensa muscular. El punto gatillo miofascial es doloroso a la presión y puede provocar dolor profundo y dolor referido (irradiado) a otra zona del cuerpo. A la palpación del músculo se percibe tensión y al aplicar presión digital puede provocar una queja.

Causas por las que un punto gatillo miofascial se activan: sobrecarga aguda (estiramiento brusco, contracción rápida…) o crónica (actividades de repetición o mantenidas en el tiempo), traumatismos directos

La técnica de punción seca se basa en utilizar agujas (parecidas a las de acupuntura) para el tratamiento de los puntos gatillos miofasciales. Se puede realizar mediante dos técnicas: punción seca superficial o punción seca profunda.

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Punción Seca Superficial:

Introducción de la aguja a nivel subcutáneo, hasta 1 cm de profundidad en la que se trabaja la fascia superficial del músculo.

Punción Seca Profunda:

Se basa en la utilización de las agujas como un estímulo mecánico (entrada y salida rápida de la aguja). La introducción de la aguja dentro del músculo va a generar una contracción, liberando el nódulo sensible que provoca la sintomatología del paciente.

 

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Esta técnica de tratamiento mejora el dolor y reduce la tensión muscular y es muy efectiva como prevención de lesiones deportivas, debido a que estos puntos pueden estar de forma latente y que no dén sintomatología. Se recomienda en lesiones de hombro.

A parte de la introducción de la aguja en el punto gatillo, se tienen que realizar técnicas conservadoras, para una buena realización de la técnica y conseguir el éxito en el tratamiento.